lunes, 22 de enero de 2007

De la realidad entre versos místicos y absurdos (Prosas muertas)...

He creado bastardos que no creen en mis palabras, los que se comen mis silencios cuando cantan las pisadas tras mi puerta, los que me ultrajan cuando mis párpados no se abren a la obscuridad que no vive a mi lado.

Las perdiciones del trozo de pan rancio que se esconde de mi boca por que no quiero beber más licor en las mañanas, por que la noche no existe sin ventana que la enmarque para mi obra en la pared. El trecho que se une con el aleteo de mis ojos a la luz de mis paredes que se agitan a cada escupitajo que arrojo al fuego de ayeres que no recuerdo (o quizá no quiera recordar), ayeres que me crean recuerdos anacrónicos, ayeres que me estrujan y me secan colgado de cabeza frente a tus puertas pintadas de sangre, como las rosas en invierno: "balbuceantes rostros sin sentido". Realidad para el que no miente con verdades sentadas sobre mi regazo, enraizadas en piel podrida...raíces...raíces...sobre mi regazo...

Se pierden las razones del vacío que se tiende sobre la alfombra de mi cuarto de habitación. Las razones que no encuentras en mis cabellos de cartón, aún cuando buscas mas allá de lo que no ves y te cansas de usar tus miradas vacías.