jueves, 29 de enero de 2009

Descubrir entre los más impensados vacíos, una forma un tanto perdida, pero encontrada por cada parte de mí. Imaginar que nada importa y que la linea no dejará de ir en contra de los gritos que profieren mis manos. Desistir de buscar para poder encontrar se ha convertido en la mejor forma de zumbirles en los oídos. Lo raro es saber que en los momentos más impensados, cuando la saliva es amarga y el verbo se extiende hacia adentro, un golpe cae del costado —o sobre él— para clavarse finalmente sobre los ojos.

Desistir de buscar para encontrar... Quizá sea todo lo que debí hacer.

miércoles, 28 de enero de 2009

Me he dado cuenta (bueno, en realidad hace mucho) que he descuidado mucho lo que decía descubrir al mundo (o a los ojos más próximos). Y ahora hasta escribo con guantes verdes y apretados.

No dedico mucho a las formas más distorcionadas, pues aquellas han sabido ser mucho más que yo (comparando con la forma en la que me presento como prole) o hasta han logrado desecharme y hacerse tan independientes que ahora dicen y hacen sin lograr que las entienda siquiera. Esto suena a arrepentimiento, pero no lo es, es solo que de a pocos voy logrando cometidos dejados de lado por las circuntasncias que decidí tomar. Es todo parte del aprendizaje y de la suerte que uno escoge o simplemente encuentra.

Voy aprendiendo, a no flaquear ante los versos imponentes del verdugo, a no sentir el peso de la prosa más desgarradora, esa que logra describir el presente de una manera exajeradamente real, a no sentir las voces exitadas por el roce del aire cuando palabras logran brotar de ellas.

Sigo y sin detenerme, a encontrar en este espacio la real froma de mis formas... Buena Noche

viernes, 16 de enero de 2009

Confesión... de camino al sueño.

El inicio se marca de manera sorpresiva. "How to Disappear Completely" mezclado con el viento, el recuerdo y la pantalla que dejó de ser parte de mis delirios, "mi verborrea patética", mi insaciable gusto por las palabras que nunca ceden a la lectura y vuelan hacia los adentros de quien no es ni se deja ser.

Se marcan las pasiones sobre las sábanas, fecunda el delirio al abismo en que se encuentra la vida, lo fecunda y paren los espacios místicos del ser... Decae una vez más la razón y cae sin miedo, sin saber —y sin querer saber— qué habrá cuando el atardecer acceda al sueño y los sueños jueguen a soñar tras mis párpados.

El despertar, incesante en interminable, porque vuelve a ser el inicio tras las cortinas, entre las sábanas, bajo la piel y en el extremo del sentido epidérmico. El grito explota y la muerte me lleva al infinito sobre la piel...

"How To Disappear Completely" y yo vuelvo al sueño entre vicios hechos al deseo.

sábado, 3 de enero de 2009

Memoria Inconcebida

Si en algún momento las historias pudieran volver a ser más que una mano erguida apuntando hacia el pasado. Al final supongo que cada linea que cae sobre el papel no es una realidad, sino una forma deseada o añorada por quien espera de espaldas a su propio paso.

Una vez cayeron bajo la cama un sinnúmero de hilos que me ataban a la siembra del pasado y luego cada atadura escribía su vida frente a mi piel, o, a veces, sobre ella. Así que se decide escapar o lidiar, huir o enfrentar, dicotomía o antagonismo (no sé pero me gusta como suena...), pues se deja perder o se cortan hasta que el viento se los lleve en pedazos.

"Aquella iba bañada en sangre, una gota disuelta en toda la noche. Miraba atrás, reía, lloraba, gritaba y luego caía nuevamente sobre su muerte verbal. No había más que dibujar con el humo las palabras, aunque la muerte nunca dejaba de ser estruendo y la noche de ser muerte. Caía nuevamente y volvía a respirar hasta levantarse y perderse frente a los pasos que nunca dejaron de ver u oír".

Ven? Ese es el sueño, la historia, el historiador y la fantasía que nunca deja de recordar, aunque quien recuerda no existe o quizá ni siquiera sepa del pasado que describe. Al rededor no se muestran, o si lo hacen no son más que sinrazón forzada a la cordura hecha de palabras, para no caer en el silencio, en el pánico, o en la ficción.

Nadie existió, ni vio, ni dijo, ni escuchó... Solo fue el sueño.