lunes, 11 de febrero de 2013

Deseo

A esta hora decido llorar sin descanso ni limitación. Empiezo a recordarte en la forma más puta, en la silueta más grotesca, en la frase más vulgar... Y decido volver a amarte, sin descanso ni limitación, porque ahora que ya no existes, puedo sentir lo que mis dedos decidan y decir lo que mis lágrimas empañen. Pero Charly decide acompasar mis latidos, luego estremecer tu imagen y terminar por derramar la sangre que alguna vez brotaron de mis manos... ¿Recuerdas? Tirado en el piso, con las manos ensangrentadas y la muerte seduciendo nuestras palabras. ¿Recuerdas? En el fin que decidió postergarse para poder matarnos una vez más.

¿Tienes idea de por qué escribo? De por qué hoy mis manos han decidido ser independientes de mi insípida vida para saborear algo que les negué hace tanto. Lo se, me inquieto en silencio, pero grito hacia donde no puedas escucharme. No importa, todo acabará pronto en esta inmensidad recortada y pegada sobre la pared, como collage en forma de nada.

Se me acaban las líneas, pero no las palabras, aunque decido terminarlas porque el deseo dicta detenerse. Porque seguir significa nunca terminar.