viernes, 23 de febrero de 2007

Una Soledad en Páginas Surrealistas... (Prosas Muertas...)

Si el aliento masculla pánico pintado de rosa... ya no estará en verso, se irá y me mirará desde la noche astillada por un golpeteo en mi cabeza. La creación perpetua del cigarrillo que enciende las hojas al rededor y una creencia perdida que anda con rumbos falsos... la búsqueda del horizonte, el ocaso que migra hacia el día, los amaneceres de mi obscuridad en mil colores y más allá...

Suposición bajo mi cabello enredado con mi humo, sin cuerpos blancos que caen lejos del mar, con una esperanza que alcanza toda la nada; la abraza, la estrangula, la ultraja, la bebe y luego se va...

Ya no hay más palabras encajonadas en mis manos mal dibujadas, un dedo quebrado, una aguja atravesada y la sangre clavada en mi miedo. El dolor a la sangre, la razón en un silbido, la ventana rota, la muerte adentro, el amor derramado en mi cuarto de habitación, un corazón frío y todo lo demás... vacío...

viernes, 16 de febrero de 2007

Mis Palabras Rotas...

Misterios bajo la escalera que se deslizan entre el aroma que disuelve el viento de la noche. El ojo de la gota insípida se escurre de la nada hasta caer sobre mis cenizas sangrantes que nunca soñaron ver silencios que danzan mis melancolías escritas en versos sordos.

Manos invisibles me ven caer , caer sin tropezar con mi mirada vacía de ritmo sin compás... Cae una y otra vez palabra que siembra barrotes de tinta muerta y se escurre como la sangre que cae de mi bolsillo.

Palabra que empuña y blande, hasta morir su grito frente al ocaso en sus ojos húmedos de odio.

Y el olvido en tu silueta azul, gris, roja, hasta que se pierde tras las nubes en el pasado,hasta que se vuelven ciegos los recuerdos que no vi.

Y estrangulo el lecho de mi sueño... sueño que habre los ojos cuando duermes en mis brazos torcidos... sueño que estremece mi eclipse de soledades marchitas... sueño que incendia los cabellos que caen y caen de mi inspiración.

Tan solo un paso lejos del mundo, donde se ahogan mis ideas, donde se esconde tu silueta, donde la lluvia se seca por mis lágrimas que me ultrajan hasta que mis gritos se apuñalan unos a otros y mi cuerpo solo se queda inmóvil, muerto, frígido...

...hasta que el viento me hunda en mi obscuridad...

Moribunda Noche

Suciedad al lado de la mesa vacía,
aquella que derrama sombras sobre mi espalda
sanjada por las gotas de dolor marchito
que desnuda las caricias ondulantes en mi voz.

Llueve al lado de la silla vacía,
aquella que desiste de ser soporte
de mis noches de insomnio balbuceante y humeante...
sin saber que aún estoy muerto.

Sangran bajo el piso,
aquel que me unde
hasta no ver más pisadas que se tambalean y tropiezan
hasta no sentir misteriosos cuerpos
que se arrastran sobre ellos.

jueves, 1 de febrero de 2007

Los tiempos que se congelan cada vez que veo la verdad (Prosas Muertas...)

Hoy está enmarcada tras mi pared de barro que se escurre de mi boca y se clava en tus recuerdos a la luz de la noche... Las miserias me congelan hasta no poder callar, hasta no poder amordazar mi silencio al lado de sus palabras mal vertidas en un charco que ya no reconozco, el verdugo que se estrecha contra mis costillas y me las arranca sin más lágrimas, sin voz, sin el grito que profiere el viento cuando me asfixia y me empuja a no caer más.

Despierta al caer el alba de mi silla, apolillada por su pasividad melancólica en el encuentro de mis cuerpos y su silueta mal recortada de la obscuridad que emano. A veces a la luz, a veces a los ojos, a veces a las miradas, pero siempre deforme y sin sentidos arrastrándome a la nada que me cobija en su seno... Voy apuñalando los sentimientos que me estrujan y me desechan, los que me acercan al mundo, los que me vuelven la humanidad en tres dimensiones y luego me ultrajan para nunca despertar de sus realidades nauseabundas.

Soy el bastardo que se harta de vivir de la estirpe real, ebrio de su sangre y las filosofías que abundan tras su espejo quebrado. Soy la puta que amamanta al bastardo caída la noche, sobre mi regazo; la que lo atormenta con la culpa sin tiempos y sin direcciones... sin dimensiones... fuera de mi vacío, realidad sin gotas que se escurran por las zanjas en mis mejillas ahuecadas por mi sonrisa, la que blasfema a la vez que escupe mi hipocresía sobre sus voces vacías. Soy el asesino que en las noches de luz marchita se hunde para poder alcanzar las vidas que se escurren de sus manos, puñales de seda al albor de su inconsciencia y el misterio de no saberse jamás entre sombras que lo arropen y le curen las llagas que yacen frente a su todo sangrante de nada....

La nada... y luego solo desaparezco...