miércoles, 30 de octubre de 2013

Amor... Sexo.

El amor sabe a presencias escritas en tinta sin color. La vida encuentra una forma de saber que el siguiente paso existe solo porque he de detenerme, porque no extiende su mano en mi dirección, sino hacia el paso que siempre me rehúso a dar.

El sexo sabe que no existe en vidas escritas, sino en noches que blanden al ser como aquella navaja que corta la tenue luz en mi habitación. El fuego encendido sobre las sombras empañado por los labios y aquel movimiento que las manos han de saber proferir.

El amor desea ser sexo solo cuando la piel es áspera y la saliva amarga. El sexo desea ser amor cuando las sombras dejan de existir y el cuerpo dicta versos en silencio, cuando el tiempo existe para que aquellos dejen de ser.

El amor existe porque el sexo desea ser... El sexo versa porque el amor me detiene a dejar de ser.

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