sábado, 11 de agosto de 2012

La Inacabable Noche

El espacio se inunda de creaciones incomprensibles, suenan y se desencadena la muerte lenta de las horas que esperan acabar. Se empieza y se sigue sin interrupciones porque el vacío ya no existe, pero las manos vuelven a gritar y yo sé que ya no se podrán callar.

No hay vida, ni palabras, ni ideas, solo fluye el grito y el placer de desaparecer entre estas lineas... Lineas que amenazan con nunca acabar, o siquiera saberse satisfechas de haber sido dignamente tatuadas en la imagen del tiempo que aquí les presento.

Y aunque las formas se acorten o tiendan a desvanecerse, no se acabará esta agonía hasta que la última gota de sabor a saber haya acabado conmigo. Nunca, es la palabra, la razón, la única forma de ser en este espacio que vuelve a ser lo que fue alguna vez. Nunca, es la existencia misma de estas lineas agrietadas... Nunca más.

Mi carne sabe a memoria y la saliva a olvido, al veneno que he decidido derramar esta vez entre estas letras incansables. No sabe a historias, ni mucho menos a algún sentido, pero la dirección del verbo me dirige a probar alguno de mis sabores a saber ilusamente, sabores amargos que siempre me recordarán lo dulce de no saber...

La Noche está aquí, así que seguiré susurrando en ella.

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