viernes, 16 de febrero de 2007

Moribunda Noche

Suciedad al lado de la mesa vacía,
aquella que derrama sombras sobre mi espalda
sanjada por las gotas de dolor marchito
que desnuda las caricias ondulantes en mi voz.

Llueve al lado de la silla vacía,
aquella que desiste de ser soporte
de mis noches de insomnio balbuceante y humeante...
sin saber que aún estoy muerto.

Sangran bajo el piso,
aquel que me unde
hasta no ver más pisadas que se tambalean y tropiezan
hasta no sentir misteriosos cuerpos
que se arrastran sobre ellos.

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